El marisco es protagonista habitual en la mesa de diversos eventos marcados en nuestro calendario, pero ¿sabes cómo descongelarlo de forma correcta?

Te ofrecemos las claves para una correcta descongelación de estos productos.

No romper la cadena de frío

Debemos evitar que se rompa la cadena de frío, ya que es fundamental para que el producto mantenga intactas sus propiedades.

El consejo de AECOSAN es guardar los alimentos con rapidez en el congelador una vez comprados. Un truco es dejar el marisco congelado para el final mientras estamos haciendo la compra, de manera que el tiempo que transcurra entre que lo adquirimos en el punto de venta y lo metemos en el congelador de casa sea el mínimo posible.

La Agencia recuerda, además, que debemos revisar siempre la fecha de caducidad de los alimentos que tenemos en el congelador y que nunca debemos volver a congelar ningún alimento que haya sido previamente descongelado.

¿Crudo o cocido?

Ya tenemos nuestro marisco a punto en el congelador y por fin ha llegado el momento de descongelarlo. Lo primero que tenemos que diferenciar es si el marisco congelado está crudo o ha sido cocido previamente.

Si el marisco está crudo y tiene cáscara, la mayoría de los productores recomiendan sumergirlo en agua fría durante unos minutos mientras se descongela y, a continuación, ponerlo a escurrir encima de un recipiente con rejilla dispuesto sobre un plato u otro recipiente similar, donde vaya cayendo el agua sobrante.

Si, por el contrario, el marisco no tiene cáscara, lo aconsejable es dejar que se descongele también sobre una rejilla, pero dentro de la nevera.

En caso de que el marisco congelado ya esté cocido, basta con descongelarlo en la nevera antes de proceder a cocinarlo a nuestro gusto.

Observar el aspecto del marisco

Sea cual sea el método de cocinado que vayamos a utilizar (cocido, frito, a la plancha, etc.) debemos asegurarnos de que el marisco se ha descongelado completamente. Para ello, lo mejor es fijarnos en la textura del producto, tanto en su exterior como en su interior.

Si, al presionar el marisco, notamos que está duro por dentro (esto es fácil de comprobar con los crustáceos con cáscara) significa que necesita más tiempo de descongelación.

Hay que tener en cuenta que una descongelación insuficiente nos dará problemas a la hora de cocinar el marisco, especialmente si optamos por hacerlo a la plancha.

Si seguimos todos estos pasos, podemos estar seguros de que las propiedades organolépticas de nuestro marisco congelado (color, sabor, textura y aroma) serán óptimas.


Fuente: conxemar.com